Cuando un periodo termina y tengo que dejar volar a los que han sido mis alumnos durante tres años, me queda un vacío en el corazón que nunca se llena. Pero vienen otros pequeños, que me llenarán de cariño y me harán vivir unos momentos inolvidables, aunque esto no haga que nunca deje de querer a los que ya se fueron.
Esto es lo maravilloso de mi trabajo, además de que una ventaja de nuestro corazón es que siempre cabe más y más y siempre hay hueco para el cariño.
Han llegado nuevos niños, cargados de miedos, sólo espero poder darles aquello que ellos esperan, y ser lo suficientemente comprensiva y cariñosa con ellos.
La AVENTURA comienza...
¡BIENVENIDOS, PEQUEÑOS!
ESTO ACABA DE EMPEZAR...
ESTO ACABA DE EMPEZAR...
Estos rincones ahora vacíos se irán llenando de risas (y llantos), juegos, canciones y de mucho trabajo y cariño de los niños y de su maestra.
